¡Hola!
Si habéis estado en Atapuerca seguro que os habrán hablado de Benjamina (en hebreo La más querida), una niña preneandertal que nació con craneosinostosis, una enfermedad rara que le produjo problemas psicomotrices.
Vivió hasta los 10 años, lo que supone que no sólo los padres, sino también otros miembros de la tribu, tuvieron que proporcionarle los cuidados necesarios para que llegara a esa edad.
Era un miembro que lastraba la marcha del grupo y que no proporcionaba ninguna contrapartida a cambio.
¿Qué hizo por tanto que todo un grupo de neandertales, en principio no parece que muy civilizados, se volcara en el cuidado de Benjamina?. Para mi la respuesta está clara: la empatía.
La empatía, ese concepto etéreo que unos odian y otros idolatran, y que sin embargo tiene una explicación mucho más tangible de lo que muchos piensan.
Comienzo hoy un viaje con una serie de post sobre este tema tan apasionante.
No soy una experta, tan sólo una enamorada de este concepto, que busca comprenderlo para, de paso, comprender también un poco mejor al ser humano.
Por tanto, necesito apoyarme en quienes sí lo han estudiado a fondo, o en quienes de forma tangencial arrojan luz sobre el mismo.
Así que, a modo de bastones para el camino, usaré la teoría polivagal de Porges, el descubrimiento de las neuronas espejo de Rizzolatti o los estudios sobre la empatía de Edith Stein, así como mi propia experiencia personal, o la vuestra, si tenéis a bien hacerme partícipe de la misma, para que el camino no sea un deambular sin sentido, sino que nos lleve a un buen puerto.
Y cuando sea necesario, si ya no sirven o hay otros mejores, cambiaré de bastones.
¿Qué? ¿Cómo lo veis? ¿Os embarcáis conmigo en este viaje?
Me encantaría que nos viéramos por el camino.
Un abrazo,
Gema
P.D.: como esta es una web dedicada al Counselling, no puedo dejar de mencionar que la empatía es una de las tres actitudes, junto con la autenticidad y la aceptación incondicional, alrededor de las cuales se configura el Counselling. Todo lo demás son herramientas, muy necesarias, pero sin las actitudes que lo configuran, las herramientas no servirían para nada.